Sociedad vacilante
Silvia Chejter Socióloga *
En la Argentina, el poder estatal -a través
de sus legisladores y funcionarios- ha oscilado durante dos siglos entre abolir
la prostitución o reglamentarla. Hoy este tema sigue pendiente de resolución.
También se sigue debatiendo si distinguir
entre diferentes formas de prostitución para penalizar sólo algunas. Y es en
este punto que entra la discusión sobre la prostitución infantil. Existe un
mensaje formal que dice "Con los niños ¡No!" pero la realidad se
pronuncia al revés: "Con los niños, Sí".
Investigaciones de UNICEF confirman lo que
todos saben pero nadie quiere ver: "En todas las ciudades, localidades,
grandes o pequeñas de distintas regiones del país se ha constatado la presencia
de niñas prostituidas y niños prostituidos".
También se detectaron "directa o
indirectamente niñas y niños en los espacios de prostitución callejera (calles,
rutas, plazas, estaciones de servicio) y en lugares cerrados: prostíbulos,
saunas, casas de masajes, whiskerías, etc".
El ingreso al mundo prostibulario no es
espontáneo sino que, en la mayoría de los casos, implica procesos activos de
captación. Y la mayoría de estas víctimas fueron reclutadas entre los 12 y los
15 años.
Las prácticas prostituyentes, aunque
repudiadas, prohibidas y reprimidas, en la práctica son toleradas. La sociedad
vacila en el momento de trazar los límites entre minoría y adultez, entre
libertad de elección y coerción, entre actividades lícitas y mafiosas.
Las sociedades intentan trazar líneas
divisorias entre adultos y niños que ellas mismas borran pero ¿nadie le pone el
cascabel al gato? ¿Quién habla de la demanda? ¿De los clientes? ¿De los
verdaderos prostituyentes?
*Autora de "La Niñez
Prostituida", investigación financiada por UNICEF
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