Argumentario a favor de la prostitución y conclusiones
“lógicas”
Pilar Aguilar
Analista de ficción audiovisual y crítica de cine.
Licenciada en Ciencias Cinematográficas y Audiovisuales por la Universidad
Denis Diderot de París. Lee el blog de cine de Pilar Aguilar:
http://pilaraguilarcine.blogspot.com.es
Los partidarios de legalizar la prostitución manejan un
argumentario muy repetitivo. Resulta entretenido desgranar los doce puntos
principales de sus prédicas e ir extrayendo conclusiones.
1. Dicen que si no somos prostitutas no podemos opinar ni de
la prostitución de las mujeres prostituidas. Conclusión: de igual modo, solo
quienes pintan pueden hablar de los pintores o de la pintura; solo los
funcionarios pueden opinar sobre sí mismos y sobre la función que realizan. Y
así sucesivamente ¿no?
2. Dicen que quienes nos oponemos a la prostitución somos
blancas y burguesas. Me maravilla que posean un fichero completo de todas
nosotras –con foto y declaración de la renta incluidas, claro-. Pero supongamos
que lo tienen y vayamos a las conclusiones: entonces ¿quienes no son mujeres
blancas burguesas apoyan la prostitución? O sea, todos los hombres del planeta,
más todas las mujeres asiáticas, amerindias, negras, etc… más las blancas no burguesas…
Madre santa ¡cuatro gatas perdidas en ese océano de 7400 millones de personas
que pueblan la tierra! No merece la pena ni que se peleen con nosotras.
3. Dicen que somos antisexo. Conclusión: sexo no es deseo y
placer compartidos. Sexo es que un tipo al que no deseas te meta sus genitales
por donde él quiera y use tu cuerpo para su placer.
4. Dicen que somos beatas y conservadoras. Conclusión: por
raro que parezca, lo ateo y descreído es lo que siempre han bendecido todas las
religiones –abiertamente o bajo cuerda- hasta el punto de que algunas tenían
templos con prostitutas al servicio de los creyentes. Y, por rarísimo que
parezca, lo innovador es lo de toda la vida: aceptar que cualquier hombre, por
el hecho de serlo, pueda tener acceso a los cuerpos de las mujeres previo pago
(y si se tercia, gratis, que por 20€ de diferencia no nos vamos a poner
tremendas).
5. Dicen que tenemos un concepto “estrecho y ruin” de lo que
es ese “trabajo” puesto que no solo se trata de que -20€ mediante- los hombres
les metan sus genitales por donde les quepan. Que no, que qué va. Que algunos
les piden que los azoten y fustiguen. Conclusión: cuando el “cliente” –que es
quien manda- manda a la “mandá” que le pegue, la empodera más si cabe (digo
“más si cabe” porque según los pro-legalización, lo otro también empodera).
6. Dicen que, según Deleuze (sí, habéis leído bien, Deleuze)
el deseo es construido. Eso es lo que las feministas siempre hemos afirmado y
sostenido (y desde antes de Deleuze). Conclusión: puesto que el deseo es
construido, nada impide que se eduquen hombres cuyo deseo “construido” requiera
considerar a las mujeres como iguales y no como receptáculos de sus genitales.
7. Dicen que si nos oponemos a la prostitución, nos oponemos
a la libertad de las mujeres. Primera conclusión: las mujeres, cuando son
libres, “se meten a putas”. Esto es lo que siempre ha alegado el patriarcado
para justificar la necesidad de mantenernos encerradas y estrictamente
controladas: igual que “la cabra tira al monte”, nosotras, si tenemos libertad,
nos da por prostituimos. Segunda conclusión: aplicando la misma lógica, cuando
denunciamos y combatimos el maltrato y la violencia, nos estamos oponiendo a la
libertad de las mujeres maltratadas pues, en muchos casos, ellas, en “libertad”,
conviven o mantienen una relación con sus maltratadores incluso durante años.
Al enfrentarnos y denunciar el maltrato, coartamos la libertad de las
maltratadas. Cuesta creerlo ¿verdad?
8. Dicen que no entendemos que comer pollas es un arte
(pollas de cualquiera que pague por ello, aclaro). Primera conclusión: chicas,
las que aspiráis al arte en cualquiera de sus modalidades (pintura, escultura,
música, teatro, cine, etc. etc.) olvidaos. Aquí tenéis una rama artística
extraordinaria. Segunda conclusión: quizá habría que instaurar el premio de las
Bellas Artes en esta modalidad. Tercera: a las nigerianas, rumanas, ucranianas,
rusas, chinas, etc. -en fin, a esas mujeres que andan tiradas por calles,
parques, carreteras o encerradas en los puticlubs- se les debe explicar (a fin
de empoderarlas) que, cuando chupan la polla de un tipo, se convierten en
artistas. Les va a costar creerlo… Aunque casi seguro que ellas renunciarían
gustosas a tal honor y se conformarían con ser libres y disponer de medios
suficientes para vivir con dignidad.
9. Aseguran que a las prostitutas les gusta chupar pollas y,
por lo tanto, no solo dan placer, sino que también reciben. Aunque, al mismo
tiempo, dicen que lo hacen porque, al no ser blancas burguesas como nosotras,
solo tienen esta opción para ganarse la vida. Y añaden que más tontas somos
nosotras por hacerlo sin cobrar. Entonces, según eso: ¿las prostitutas lo son
por dinero o por placer? ¿por las dos cosas? ¿resultamos subnormales si solo
consideramos placenteras las relaciones sexuales con quien deseamos? Como no
hay manera de aclararse, en este punto no es fácil sacar conclusiones. No
concluyo nada, pues.
10. Dicen que somos odiapollas (sí, literal). Conclusión: la
que no quiera tener trato con cualquier polla del mundo mundial que pague por
ello, no es porque desee elegir con cuál o cuáles sino porque las odia a todas.
Y, a la inversa, se deduce que, si te gusta una, te tienen que gustar las
demás. Hala.
11. Dicen que si ese “trabajo” no está dignificado es por
nuestra culpa, la de las abolicionistas. Conclusión dubitativa: ¿antes de que
hubiera movimientos abolicionistas estaba bien considerado ser prostituta? ¿no
están confundiendo el hecho de que los puteros las usen con el hecho de que las
respeten? ¿han oído hablar a los puteros entre ellos sobre las prostitutas? Es
más, si las respetaran ¿podrían follárselas tan “alegremente”? ¿podrían
considerarlas “ganao”?
12. Dicen que las abolicionistas tenemos de nuestra parte
los medios y todas las plataformas. Conclusión: no leen periódicos (digo,
porque si lo hicieran verían páginas y páginas de anuncios de prostitución); no
ven películas (porque si lo hicieran verían que para una que presente un
panorama crítico hay aproximadamente cien laudatorias); no van por las calles recogiendo
del suelo o de los parabrisas flyers, ni ven vallas publicitarias… O sea, yo no
sé de qué país están hablando.
Muchas conclusiones son estas pero mi conclusión general es
sencilla: no se puede defender lo indefendible
Fuente.
http://www.tribunafeminista.org/2017/03/argumentario-a-favor-de-la-prostitucion-y-conclusiones-logicas/