Guía dirigida a madres, abuelas y otras personas para ayudar
a jóvenes atrapadas en la prostitución o la trata sexual
Introducción
Cada año, decenas de miles de personas jóvenes,
especialmente niñas, quedan atrapadas en la prostitución. Madres, abuelas y
otras personas cercanas a las jóvenes suelen ser las primeras en sospechar que
una chica está en problemas. Son también quienes más probablemente sientan un
afecto profundo por la joven y estén más dispuestas a dar una larga y fuerte
batalla para ayudarla. El propósito de esta guía es brindarte sugerencias,
información y recursos que te ayuden a luchar tan eficazmente como sea posible
para ayudar a una niña o joven involucrada en la prostitución.
Ayudar a tu niña no será fácil. Es probable que ya sepas que
aún existen muchos prejuicios y fuerzas muy potentes que funcionan contra
cualquier persona joven en situación de prostitución. Hay proxenetas y clientes
que la tratan como mercancía y la controlan degradándola, con amenazas y
violencia. Algunas agencias policiales suelen tratar a la joven como criminal.
Y una buena parte de nuestra sociedad todavía cree que las chicas son la causa
fundamental del problema de la prostitución.
La buena noticia es que también es cada vez mayor la
comprensión de que estas jóvenes son en realidad víctimas en un poderoso y
dañino sistema criminal de explotación. Se están aprobando nuevas leyes para
proteger a la joven prostituida y castigar a proxenetas, clientes y otros que
lucran con la prostitución infantil o participan en ésta. Y está aumentando la
gama de servicios para ayudar a las jóvenes a recuperarse de los numerosos
traumas que implica haber sido prostituidas.
Las cosas aún distan mucho de ser perfectas. De hecho,
apenas están comenzando. No hay garantía de que tus esfuerzos serán exitosos,
sin importar cuánto corazón les pongas. A lo largo del camino probablemente
encontrarás una gran cantidad de profesionales y funcionarios que todavía creen
que es la joven prostituida a quien se debe culpabilizar, desdeñar, descartar,
ignorar, arrestar o castigar. ¡Pero no te rindas! Hay nuevas esperanzas. Mantén
los ojos abiertos y sigue luchando. Con frecuencia encontrarás a personas que
están dispuestas a ayudarte justo en el mismo programa o agencia donde otras te
han ignorado.
Tu lucha valdrá la pena. La prostitución es violenta y
ocasiona daños severos al cuerpo, la mente y alma de una persona joven. Melissa
Farley, una reconocida investigadora sobre la prostitución, ha podido
determinar que las prostitutas a menudo sufren un trastorno de estrés
post-traumático más severo que los veteranos de guerra. La mejor manera de
ayudar es sacar a la joven de la prostitución tan pronto como sea posible. Tu
lucha por ayudar a una persona querida también beneficiará a todas las mujeres
y las niñas.
NOTA 1: ¿Por qué sólo chicas? Aunque mucha de la información
contenida en esta guía puede aplicarse a ayudar a un niño o joven, o a una
persona adulta (sea mujer u hombre), para cada grupo existen muchas diferencias
en las dinámicas de la prostitución masculina y femenina, en el estatus legal o
los derechos parentales. Es por ello que, a fin de evitar confusión, aquí nos
centramos muy específicamente en ayudar a niñas y jóvenes menores de 18 años.
También hay otra razón. En su inmensa mayoría, quienes están en situación de
prostitución son mujeres y la edad promedio de su incursión en este oficio es
entre los 12 y 14 años. Ayudar a una niña va directo al centro de frenar la
prostitución.
NOTA 2: ¿Por qué madres y abuelas? Dirigimos esta guía a
madres, abuelas y otras personas cercanas a la niña pues creemos que se les ha
pasado por alto como recurso clave en los esfuerzos por erradicar la
prostitución infantil. La razón por la cual se ha pasado por alto particularmente
a las madres es, en parte, el hecho de que muchas niñas prostituidas han sido
antes víctimas de abuso sexual. Y aunque los perpetradores de este abuso
temprano son casi siempre hombres de la familia, muchas personas en la sociedad
culpabilizan a las madres. Creen que las madres debieron haber protegido a la
niña contra el abuso y no lo hicieron.
Habiendo trabajado durante largos años en casos de abuso
sexual infantil, reconocemos que con suma frecuencia las madres no son
conscientes del abuso que sus hijas están sufriendo. Otras veces, las propias
madres están siendo sometidas a un abuso tan severo que no han sido capaces de
controlar al abusador o escapar de él. También reconocemos que algunas madres
sí tuvieron la oportunidad de proteger a su hija y, de hecho, no lo hicieron.
En ocasiones, estas madres finalmente llegan a percatarse del daño que se ha
ocasionado cuando la niña está atrapada en la prostitución y se dan cuenta de
que nunca es demasiado tarde para abrir los ojos y luchar. Asimismo reconocemos
que muchas niñas tuvieron una infancia sana y feliz, pero aun así terminaron
inmersas en la prostitución.
Escribimos esta guía con el propósito de apoyar a todas las
madres capaces de ver que, independientemente de lo que haya ocurrido en el
pasado, ahora es el momento para luchar por la vida de sus hijas. Nuestra
convicción de que las madres y abuelas son clave en la lucha por ayudar a niñas
prostituidas se sustenta en el hecho de que casi todas las llamadas que
recibimos en busca de ayuda para una niña prostituida son de una madre o
abuela. Además queremos apoyar a la gran cantidad de padres, docentes,
hermanos, hermanas, vecinas y vecinos, clérigos/as, tías, tíos, agentes de
policía, trabajadoras y trabajadores sociales, defensoras y defensores, etc.
que también tienen la voluntad de luchar arduamente por la seguridad, libertad
y justicia de las niñas prostituidas.
Parte 1 ~ Señales de advertencia de que una joven podría
estar siendo prostituida
Al leer la siguiente lista, recuerda que estas señales de
advertencia pueden indicar o no que una chica está involucrada en la
prostitución. Cualquiera de estas señales, o aun todas ellas juntas, no son
prueba fehaciente de que la joven está siendo prostituida, pero sí son signos
que te advierten que deberías estar alerta a esa posibilidad.
Las señales de
advertencia:
¡Tu propia intuición! Si por tu mente pasa la idea de que tu
hija podría estar involucrada en la prostitución, no ignores tu intuición.
¡Indaga más en el asunto!
Amistades y personas conocidas de la joven dicen que ella
está involucrada en la prostitución. Las y los adolescentes pueden ingeniar
muchos rumores malvados y complejos. Al mismo tiempo, con frecuencia pueden ser
quienes primero se enteran de que realmente están ocurriendo situaciones de
abuso. Si las amistades y personas conocidas de tu hija dicen que ella está
siendo prostituida, sin duda alguna es hora de tener conversaciones serias con
ellas, sus madres, padres y docentes para averiguar exactamente qué está
sucediendo. Y aun cuando fuera sólo un rumor perverso, es necesario que de
todos modos involucres a docentes, madres y padres para detenerlo y brindar a
las y los jóvenes buena información sobre las realidades de la prostitución.
Tu hija habla de otras chicas que están involucradas en la
prostitución. De nuevo, esto no es prueba definitiva de que tu hija esté siendo
prostituida. Pero sí es una advertencia. Con frecuencia, las chicas son
inicialmente presentadas a proxenetas y clientes por otras jóvenes que ya están
involucradas. Recuerda que el principal factor de riesgo para que niñas y niños
entren en la prostitución es la presencia de proxenetas y clientes en el
vecindario. Si tu hija dice que otras chicas están siendo prostituidas, éste es
el momento de hablar con ella e informarla bien sobre las realidades de la
prostitución (lee en la Parte 2 las sugerencias sobre cómo hablar con tu hija).
También es hora de reunirte con las madres de las otras jóvenes para trabajar
con ellas y las escuelas a fin de averiguar qué está ocurriendo, sacar a
proxenetas y clientes de tu vecindario e idealmente lograr que se les arreste.
Tu hija tiene dinero, ropa, joyas y otros regalos cuya
procedencia es inexplicable. Una manera común en que los/as proxenetas reclutan
a una chica es darle muchos regalos. Es probable que un proxeneta también finja
ser su novio o pretendiente. En esta etapa, quizás tu hija ni siquiera tenga
idea de que está siendo reclutada para la prostitución. Pero debes ser
suspicaz. No es apropiado que ningún hombre (o mujer), sea joven o mayor, dé a
jóvenes dinero, ropa, joyas y otros regalos más allá de los simples
intercambios mutuos que son normales entre adolescentes. Necesitas saber quién
es esta persona, si es o no proxeneta y sacarle de la vida de tu hija. Y probablemente
también denunciarle ante la policía. Además, sé consciente de que los/as
proxenetas mayores suelen utilizar a socios/as más jóvenes para atraer a una
niña o un niño.
Los/as proxenetas a menudo continúan dando dinero, ropa y
otros regalos mientras alternan esto con un mayor grado de violencia, amenazas
e insultos.
Tu hija tiene una adicción a drogas que es imposible que
ella pudiera costearse por su propia cuenta. Proporcionar drogas a jóvenes es
otro primer paso que los/as proxenetas usan a menudo para involucrar a una niña
o un niño.
Tu hija se ausenta de la casa y la escuela y deja de
frecuentar a sus amistades. La segunda cosa que un/a proxeneta suele hacer al
reclutar a jóvenes para la prostitución es comenzar a aislarles de su familia,
escuela y círculo de amistades. Antes de empezar a oprimir a una chica, el
proxeneta quiere que la joven esté tan lejos como sea posible (física y
emocionalmente) de cualquier fuente de ayuda. No es muy difícil lograrlo.
Después de haber inundado de regalos a la joven y fingido romance, todo lo que él
ahora tiene que hacer es explotar cualquiera de los antagonismos habituales o
inusuales que existen entre la chica y su ambiente social. Por supuesto, el (o
la) proxeneta se pinta ante la joven como la única persona que realmente la
comprende y a quien ella le importa.
Tu hija presenta cambios repentinos y poco característicos
en su vestuario, horario y compañía. Un error notable que los/as proxenetas a
menudo cometen es generar estos cambios en la joven mucho más rápido de lo que
normalmente ocurrirían. Después de todo, para el/la proxeneta, el tiempo es
dinero. De modo que los cambios abruptos y poco característicos en tu
adolescente deberían alertarte a la posibilidad de que está siendo reclutada.
Tu hija tiene relaciones con hombres (o mujeres) mayores.
Ésta siempre debería ser una señal de advertencia, para madres y padres, de que
algo está mal. Quizás ya sepas que debes prestar mucha atención a las
relaciones de tu hija o hijo con personas mayores, aun cuando se trate de su
maestro/a, clérigo/a, vecino/a o entrenador/a. Pero cuando una persona mayor
entabla una relación inexplicable con tu hija o hijo, deberías ser
especialmente suspicaz.
Tu hija se rehúsa a responder preguntas cotidianas. Dar
respuestas evasivas a tus preguntas es una fase por la que muchas/os
adolescentes pasan. Necesitas averiguar si tu hija simplemente está siendo
rebelde, o si está tratando de ocultar algo importante. También debes decidir
cuándo las cosas han llegado al punto de ¡basta! No es seguro o aceptable que
una niña o un niño se rehúse a contarte en detalle, por ejemplo, sobre una
oferta de trabajo que recibió, o por qué se ausentó medio día de la escuela, o
de dónde está obteniendo dinero y regalos.
Tu hija tiene un empleo u recibe una oferta de trabajo que
genera sospechas. Es importante siempre verificar cualquier oferta de empleo
que se le haga a un/a adolescente. No basta con llamar por teléfono al supuesto
‘empleador’. Muchos/as proxenetas saben exactamente cómo engañar a una madre o
un padre. Ve siempre al lugar de trabajo para conocer al jefe o la jefa. Y de
vez en cuando aparécete allí inesperadamente.
Tu hija tiene problemas con la ley en repetidas ocasiones.
Aun cuando la policía sabe que una persona menor de edad está involucrada en la
prostitución, con frecuencia la arresta por otros cargos, como ‘poseer drogas’,
‘perturbar la paz’, ‘robar en una tienda’, ‘usar documentos falsos’, etc. A
menudo la policía hace esto porque para un agente puede ser mucho más fácil
probar esos delitos que llevar a cabo un arresto por prostitución infantil.
Lamentablemente, debido a tales cargos, muchas víctimas adolescentes de
prostitución permanecen ocultas, no identificadas, encarceladas y sin recibir
ayuda en centros de detención juvenil. La consecuencia trágica es que la/el joven
sufre un estigma aun mayor y ahora es más vulnerable que nunca a que se le
devuelva a las calles. El punto clave aquí es que debes ser consciente de que
si una joven está teniendo problemas aparentemente menores con la ley, la
condición subyacente en esto suele ser que está atrapada en la prostitución.
Hay prostitución en tu vecindario. Dondequiera que existe la
prostitución, hay proxenetas y clientes en el área y todas las niñas y mujeres
jóvenes del vecindario corren peligro. Otro aspecto que puede hacer más
vulnerables a las chicas en tu área es la presencia de terminales de autobuses,
tiendas de artículos sexuales, salones de masaje y pandillas callejeras.
Naturalmente, la presencia de estos elementos no es un indicador de que tu hija
esté involucrada. Pero si ya tienes sospechas, la presencia de estos factores
en el vecindario debería hacerte más alerta a la posibilidad real. Al mismo
tiempo, el solo hecho de que tu barrio parezca totalmente seguro no significa
que tu hija esté segura. Es posible que haya proxenetas trabajando en las
calles y escuelas en busca de chicas a quienes reclutar.
Fuente : Centro de Justicia para mujeres.- *