Rita Segato: ¿Cómo terminar con la guerra de conquista
permanente?
19 Julio, 2017
Invitamos a la antropóloga y escritora Rita Segato a
participar de un plenario con todos los programas de la radio. Una instancia
interna de formación e intercambio. Queremos compartir parte de lo que dijo,
tanto por su potencia como por la urgencia de sus conceptos.
Para hablar de la pedagogía de la crueldad hay que hablar de
dos proyectos de mundo. Uno es el proyecto de las cosas, donde somos
consumidores. El otro es el de los vínculos, el proyecto que produce comunidad.
En el mundo de las cosas, los valores son la productividad,
la competitividad, el cálculo de costo-beneficio, la acumulación y la
concentración.
Sin embargo, en simultáneo conservamos los vínculos, la amistad,
que es una característica muy fuerte de la Argentina. Todavía se invierte en la
institución de la amistad. En otros países la conversación es una pérdida de
tiempo.
La pedagogía de la crueldad es la que convierte la vida en
cosa. La que nos enseña todo el tiempo que los cuerpos y la naturaleza son
cosas. Es la pedagogía que nos lleva progresivamente hacia el proyecto del
consumo.
Esa batería de gestos de la pedagogía de la crueldad tiene
como correlato una disminución de la empatía, de la sensibilidad hacia el
sufrimiento de los otros. Esta escalada es una característica que se ve como
nunca en este tiempo.
Un ejemplo es lo que ocurre con la película “La Naranja
Mecánica”: fue prohibida en su momento porque se la consideraba la más violenta
de la historia y hoy es una comedia. Es un termómetro de cómo ha cambiado
nuestra piel, nuestra sensibilidad a la crueldad. Hoy, sus escenas más
violentas nos hacen reír.
Hay otra educación que es contraria a la pedagogía de la
crueldad que te dice que en el lugar de esa persona puedo estar yo. Eso es un
enunciado que está ausente hoy. Cada persona tiene su lugar y esos lugares no
son conmutables.
Cámaras rapiñadoras
¿Cómo tratar mediáticamente el feminicidio? Hoy la lente
mediática muestra al agresor como un monstruo. El monstruo es un sujeto
potente. Y del lado del mandato de la masculinidad la potencia es el principal
valor. Es un mandato de exhibición, de espectacularización de potencia. Y eso
genera una gran convocatoria para ocupar ese lugar. Hay una identificación con
esa figura que reinstala la jerarquía patriarcal a través de la violencia
extrema. Es un doble discurso de los medios.
¿Qué hace la cámara de Tinelli? Es una cámara rapiñadora.
Llama al público y le dicen que se encuentran del mismo lado que el ojo. Los
convoca a la posición del ojo que mira a través de la lente. Pero los engaña:
el público está del lado del cuerpo rapiñado. Es una ilusión de estar del lado
del poder que escrutinia los cuerpos, los rapiña, los captura, los devora. Pero
eso es mentira. ¿Sos la basura o estás del lado del que maneja las riendas de
la cámara? Esa es la pedagogía de la crueldad. Enseñar a gozar con el
sufrimiento del otro. Es muy afín a la pedagogía militar.
La corporación masculina
El debate sobre la prostitución es muy difícil. Pero, ¿qué
es la prostitución en la era de la industrialización de los cuerpos? Es la
primera pedagogía que enseña el cuerpo-cosa. Hace poco participé de una mesa
con una referente sindical de las meretrices. Yo la respeto, no me gusta la
censura. Respeto siempre y cuando se haya reflexionado de manera amplia sobre
el tema. Porque la prostitución tiene una historia. A lo largo del tiempo ha
cambiado su significado, su papel. Mantener a la prostitución a salvo de su
captura como pedagogía de la dirección del proyecto histórico de las cosas hoy
es prácticamente imposible. Al mismo tiempo creo que es imposible dejarla
protegida de los adueñamientos.
Cuando se levanta la prohibición de la prostitución en
Argentina, se vuelven a abrir los burdeles en las inmediaciones de los
cuarteles. Cuando llega un recluta a trabajar a un pozo petrolero de la
Patagonia, lo primero que hacen es llevarlo a un burdel. Lo mismo ocurre en la
zona de los valles calchaquíes con los emprendimientos mineros. Las empresas
compran casas en barrios pobres para instalar burdeles.
El sentido común dice “es por la libido masculina”. Es un
verso. Entrevisté muchísimos violadores y el tema del deseo sexual surge muy
poco. El burdel es la pedagogía necesaria para aprender a ver un ser humano
como cosa. Es la pedagogía de la crueldad por excelencia. Además crea alianza
masculina. Genera corporación. La corporación masculina se consolida mediante
una víctima sacrificial, que es esa persona transformada en cosa.
Hay que ser conscientes de que la radio genera algo muy
distinto a la corporación. La corporación no es una comunidad. Es lo opuesto a
la comunidad. En la comunidad existen los grupos corporados, se trata de una
categoría antropológica en la que las personas pueden hacer una minga; pueden
cooperar en una misma tarea. Pero cuando se hace la transición a un a sociedad
de masas, ese grupo corporado se transforma en una corporación. Una corporación
es una entidad donde surge un familismo amoral, donde surge la idea de que la principal
lealtad es la corporación y esa lealtad a la corporación se encuentra por
encima de cualquier otra lealtad o cualquier otro valor.
La masculinidad es una corporación, hay que demostrar
merecer el título de la membresía de esa corporación y ahí entra la exhibición
de una capacidad de crueldad. Esa es la base del mandato de masculinidad. El
mandato de género también se realiza dentro de las propias jerarquías de la
masculinidad. La jerarquía de la masculinidad tiene una estructura afín con la
estructura militar y policial. ¿Dónde encontramos la punta del hilo para
deshacer esa madeja?
La guerra neurobélica
Este año estuve en Buenaventura, en la costa pacífica
colombiana, donde se está haciendo un complejo portuario de tres puertos y un
complejo hotelero para hospedar a los empresarios que iban a negociar el
tratado transpacífico. En ese lugar, vive una población negra que tiene derecho
constitucional a habitar esa región. Para sacar a esa población de ahì hacen
atrocidades, para que la gente abandone sus lugares ancestrales. así aparece el
fenómeno de “desplazados”. Asustan a la gente para tomar sus territorios. ¿Cómo
se termina con la guerra? No se termina con un pacto entre las FARC y el
gobierno colombiano, porque es otro tipo de guerra. es una guerra de conquista
permanente. Es falsa la idea de que la conquista se cerró, la conquista está en
curso. ¿Cómo se termina con esta guerra? Hay que pensarlo, pero no de una forma
que nos haga llegar a tomar decisiones autoritarias.
Últimamente hablo mucho del autoritarismo y de la utopía. No
uso la palabra utopía, porque la utopía es un diseño de futuro que tiene que
ser así. No tiene que ser una idea cerrada de futuro la que guíe nuestra
acción. El camino tiene que ser visto desde lo que ya sabemos, desde la
historia y desde donde estamos. Si hay una utopía viva es que la historia es
impredecible, es puro acaso, es incontrolable. La libertad es la
imprevisibilidad de la historia.
Para responder esa pregunta sobre cómo se para esa guerra,
la respuesta es “desmontando el mandato de masculinidad”. Porque es el mandato
de masculinidad que ofrece mano de obra bélica, que deja a los niños y jóvenes
hombres preparados para ser contratados de manera informal o formal y
“programados neurobélicamente”.
La programación neurobélica prepara a sus recursos humanos
para las guerras del presente, que no tiene límite porque no son guerras
formales. Ninguna de las leyes de la guerra actúa contra ello. Son
profesionales bélicos contratados por empresas que se encuentran en un limbo
legal, pues no obedecen ni a la justicia humanitaria que pone límites sobre
cómo un ejército puede actuar en una guerra, ni obedecen al estado. Esa mano de obra bélica existe porque existe
un mandato de masculinidad, porque existe una manera en que las familias, las
escuelas, los barrios, la vida cotidiana forma a los hombres y esa obligación
de masculinidad implica abdicar algunas formas de la sensibilidad; volverse
insensible tanto del cuerpo propio como del cuerpo ajeno. Es una preparación
que luego se continúa cuando el sujeto masculino entra en el espacio bélico,
sea por la vía del estado o por la vía de un espacio para estatal que se
expande en América Latina. La esfera paraestatal se encuentra en expansión en
América Latina.
En nuestro tiempo muchos hombres se van evadiendo del
mandato de masculinidad. El hombre en su obediencia al mandato de masculinidad
y con la característica narcisista de la psique masculina no tiene acceso al
espejo que le habla de su propia crianza, de su propia carencia, de su propia
abdicación a tener formas de la felicidad. Es un sujeto poco espejado, poco
reflexivo y que no toma conciencia de su propio sufrimiento. Con esto no
justifico a los hombres, lo que estoy diciendo es que uno de los caminos es
informar a los hombres que están siendo obedientes a un mandato que los
victimiza también, que les exige suprimir aspectos importantísimos de la vida.
Formas de felicidad que las mujeres conocemos y ellos no pueden conocerla. Por
eso los hombres mueren antes en todos los países del mundo.
Otro tema es que estamos frente a un espectáculo de
crecimiento del fundamentalismo cristiano. Hay que usar esa palabra, porque nos
enseñaron a condenar el fundamentalismo islámico, pero hay que usar esa misma
expresión de fundamentalismo para lo que se está instalando entre nosotros de
México a Argentina.
El miedo al espacio público es un miedo nuevo y es muy
parecido al miedo en la sociedad fundamentalista islámica. La fundamentalista
es la forma más occidental de todas las formas del islam, porque clausuró todas
las formas de debate interno y afirma una verdad única. El problema de la
verdad única es el problema del presente y esa verdad única, esa justicia
única, está colonizando nuestro continente, que no tiene en el pasado una inclinación
a posturas fundamentalistas.
Fundamentalismo y guerra son ideas muy afines.
Fuente:
http://fmlatribu.com/noticias/2017/07/19/rita-segado-la-pedagogia-de-la-crueldad/