Escrito por María Amelia Aguilar Rule / en Colaboradores,
María Amelia Aguilar Rule, Opinión, Sociedad / en Jueves, 02 Mar 2017 02:47 PM
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“Primero mándame tu foto desnuda y después, podré
demostrarte cuanto te quiero” esta es la nueva forma de amar…
Después de un tiempo de estar dando conferencias a jóvenes
de secundarias, preparatorias y universidades y hablarles constantemente del
peligro que representa el sexting, la semana pasada me llegó a un chat de grupo
de la escuela de mis hijas, este tema que creo es muy importante informarles a
los padres de familia de niñas adolescentes lo que está pasando y los peligros
a los que ellas se pueden enfrentar, para no solo estar pendiente, sino además
hablar con ellas de esto.
¡Es indescriptible! o más bien, irreal, pero desafortunadamente es una
realidad, está pasando. Los afectados: nuestros jóvenes.
Si bien hemos hablado de cómo la tecnología ha beneficiado y
hasta divido en generaciones a la juventud, he de decirte que ésta herramienta
también está provocando cambios en la forma de ejercer la sexualidad y de amar.
Cuántas veces no hemos sabido de casos en los que los
celulares, principalmente de adolescentes, contienen fotos de chicas en poca
ropa o totalmente desnudas. Estampas que las jovencitas les mandan, en la mayor
parte no porque ellas quieran, si no porque ellos las piden o “exigen” y ellas,
con tal de ser acreedoras a muestras de afecto, terminan aceptando tales
condicionantes que se han vuelto el pan de cada día, es decir “normales”.
Una “nueva juventud” que está marcando modernos
estereotipos, y lo alarmante del asunto es que está caracterizando a chicas que
comienzan una etapa en la que el amor debe ser bonito, lleno de emociones en el
estómago, de invitaciones a salir o de besos inolvidables. Hoy, ya no es así.
El responsable…
La industria pornográfica es uno de los principales
detonantes.
La bomba de imágenes sexuales llenas de fantasías y
comportamientos exagerados realizados por actores desnudos, han transportado la
ficción a la vida real, a la vida joven. Materiales visuales que están al
alcance en sistemas de televisión por cable, películas y sitios web, que se han
convertido en bibliotecas que también son consultadas por chicas, con la
finalidad de aprender de manera rápida a satisfacer y dar placer masculino.
Una industria en la que se enseña a los adolescentes que las
mujeres y las niñas están ahí para su placer y que sólo sirven para el sexo.
Por ello, las jovencitas no tienen otra opción más que aceptar y tolerar
comportamientos degradantes e irrespetuosos, lo que da paso a la sumisión de la
mujer, sexual y socialmente.
Las imborrables consecuencias…
El mandar imágenes por diferentes plataformas y redes
sociales, la más utilizada WhatsApp, ha tenido graves consecuencias, pues las
chicas con casi nada de ropa o totalmente desnudas, impregnadas en estampas o
videos digitales han sido utilizadas normalmente como forma de moneda, pues los
chicos las intercambian y comparten con sus amigos. Además que en caso de ruptura
“amorosa” con la jovencita en cuestión, estas se usarán como una forma de
humillarlas públicamente.
En cuanto a ejercer la intimidad y sexualidad, el porno ha
sido un factor “inspirador” que ha incentivado el hacer realidad diversas y
dolorosas posiciones sexuales, esto, ya que algunas chicas han sufrido lesiones
físicas, entre ellos: bofetadas, jaloneos de cabello o sexo anal sin
consentimiento de ellas. Realidades que han sido llevadas a cabo bajo los
influjos del alcohol y otras drogas. Y por si fuera poco, en la mayor parte de
los casos, sin uso del condón…
No se necesita mucho porno para que las cosas comiencen a ir
cuesta abajo. En uno de los estudios más completos sobre el uso del porno, los
investigadores encontraron que después de haber estado expuestos a material
sexual suave, tanto los hombres como las mujeres estaban significativamente
menos contentos con la apariencia de su pareja, la voluntad de probar nuevos
actos sexuales y el rendimiento sexual. Incluso la exposición al porno sólo una
vez puede hacer que la gente se sienta menos enamorada de su pareja.
Muchos adolescentes nunca tienen la oportunidad de aprender
cómo es una relación saludable antes de que el porno empiece a enseñarles su
versión, que típicamente está llena de violencia, dominación, infidelidad y
abuso. Ya que la mayoría de la gente no está muy entusiasmada con la idea de
estar en una relación abusiva, los adolescentes que han conseguido sexo basado
en pornografía a menudo encuentran que luchan para conectarse con verdaderos
socios románticos y que no saben la manera en cómo puede ser activado por
otra
cosa que no sean imágenes en una pantalla.
Estudios hechos en países como Australia por ejemplo, la
Sociedad Psicológica de ese país estima que los adolescentes varones son responsables
del 20% de las violaciones de las mujeres adultas y entre el 30% y el 50% de
todos los ataques sexuales denunciados de niños. Hechos que han dado paso a la
idea de que la pornografía en línea está convirtiendo a los niños en
depredadores sexuales de imitación, sí, la “imitación porno”.
Tan sólo para ponernos a reflexionar en cuán difícil se ha
convertido esto, es que la investigación australiana “El impacto de la
pornografía en Internet en los adolescentes”, ha encontrado que los chicos que
están expuestos intencionalmente a materiales sexualmente explícitos, son seis
veces más propensos a ser sexualmente agresivos que los que no están expuestos.
Y esto es un tema mundial, no sólo de una región. México
ocupa el segundo lugar mundial en la creación de sitios web, el 12% de los
sitios tienen que ver con pornografía, mientras que el 25% de las búsquedas en
internet tienen que ver con palabras candentes compañeras del sexo.
Lo que podemos hacer…
La proliferación y la globalización de las imágenes hípersexualizadas
y temas pornográficos han hecho que la exploración sexual sana sea casi
imposible e irreal. El respeto, la intimidad, la belleza de la etapa
adolescente y hasta la conexión humana están a punto de perderse, pues los
jóvenes no están aprendiendo acerca de la intimidad, la amistad y el amor, sino
de la crueldad y la humillación como una forma habitual y natural de ser y
actuar.
No podemos dejar la educación sexual en manos de la
industria mundial del sexo. Tenemos que hacer más para ayudar a los jóvenes que
viven con un ideal deformado de la sexualidad. Aquí es donde recuerdo que en
quinto y sexto de primaria es cuando recibimos educación sexual y fue ahí donde
aprendí a conocer mi cuerpo gracias a mis padres y profesores. También
conocimos los riesgos de las diversas enfermedades de transmisión sexual así
como las altas probabilidades de embarazos no deseados. Pero ahora, hasta los
niños de tercer o cuarto grado de primaria ya tienen una pequeñita noción de lo
que es el sexo, o al menos ya no se les puede “mentir” de que ellos salieron de
“huevito kinder sorpresa”.
Regresando a Australia, como forma de ejemplo y de una
posible solución mundial es que han puesto en marcha una campaña denominada:
Porn kills love (El porno mata el amor).
Como padres, tíos, amigos y maestros, podemos unirnos en la
manera de ayudar a que la juventud omita estas prácticas que tanto daño les
hace, pues el amor y el sexo son derechos que tienen que ejercerse de la manera
en que son y no a través de subordinaciones que marcarán de por vida a estas
personitas y lo peor es que les hace pensar que así debe de ser.
“Usar pornografía es algo más que entrenamiento para el
deporte equivocado. Está reemplazando la habilidad de estos chicos de jugar el
deporte que realmente quieren aprender”. Gary Wilson. Biólogo.
Espero tus comentarios.
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