2 de noviembre de 2017
La erotización de la
dominación
La erotización de la dominación patriarcal da cuenta de la
transformación que operó en algún momento de la historia para que, tanto
hombres como mujeres internalizaran que en el acto de inflingir/recibir dolor,
a la vez recibían placer. En las sociedades paleolíticas no hay registros de
que el placer estuviera ligado al dolor o a la muerte, por lo que se atribuye
esta cultura basada en la violencia y en el temor a los pueblos pastores
nomades. Esta relación entre dolor y placer se instala a partir de entonces a
la base de las relaciones entre hombres y mujeres en las sociedades
patriarcales y se mantiene y reproduce hasta nuestros días.
En efecto, se trata de los mecanismos que permiten que la
esclavitud de la mujer sea asumida y aceptada por ésta hasta el punto de
encontrarla excitante. Es la erotización de la dominación la que condiciona a
las mujeres a la aceptación de la servidumbre sexual. Esta distinción, para
señalar que las mujeres aceptan la dominación, resulta relevante para analizar
los mecanismos y negociaciones que hacen las propias mujeres en la mantención
del sistema, así como para analizar las relaciones entre mujeres y su
funcionalidad al patriarcado.
No es de extrañar tampoco que coincidan en una sociedad represión
sexual y represión política porque a la base de la represión político-sexual,
se encuentra la dominación político-sexual de las mujeres por los hombres. Lo
que caracteriza a la cultura patriarcal desde un punto de vista político sexual
es la represión sexual de las mujeres y la distorsión de la sexualidad femenina
y masculina mediante la erotización de la dominación y la violencia. De allí
que conceptos aparentemente neutrales y aplicables a toda la humanidad, como el
de libertad sexual, denoten su sesgo androcéntrico al ser compatibles con el
modelo de masculinidad en el sistema patriarcal.
Tras la erotización de la dominación han estado todas las
instituciones del patriarcado, entre ellas y por sobretodo, las religiones y
las ciencias. En efecto las religiones en general y la católica en particular
se caracterizan por haberse pronunciado en torno a todo lo relacionado con el
sexo. Esto, cuya tradición está presente en todas las religiones, se explica en
tanto es en el ámbito del placer sexual y de la reproducción que se juegan
quizás las dimensiones más importantes del ser humano. Sin embargo bajo las
culturas patriarcales, este enfoque fue distorsionado y llevado a un nivel de
detalle y morbosidad proporcional a su obsesión por ligar el placer del sexo y
a la mujer con lo más despreciable de la humanidad.
Nada dijeron estas religiones respecto de la esclavitud
sexual en que han vivido las mujeres. La protección del honor masculino a
través de cinturones de castidad, costumbre en Europa, no mereció comentarios
por parte de las jerarquías eclesiáticas. Tampoco le mereció comentarios la
costumbre nórdica de matar a la mujer adúltera, ni el maltrato o abuso sexual a
la mujer en el matrimonio. Sin embargo cada actitud que denotara independencia
sexual de la mujer fue castigada al punto de que muchas mujeres fueron a parar
a la hoguera durante la época de la Inquisición. La mutilación de genitales
femeninos, la muerte de mujeres en hogueras por viudez en la India, son expresiones
aún vigentes del abuso sexual de las mujeres y del silencio y a veces
complicidad que en estas materias mantienen las religiones.
Por otra parte, la violencia y no solo la dominación,
también ha sido relacionada con el placer. Así, desde la infancia los castigos
correctores, o en la adultez el maltrato a las mujeres o las prácticas
sadomasoquistas, dan cuenta del grado en que hemos internalizado esta relación.
Tanto en la familia como en otras instituciones como las Fuerzas Armadas esta
erotización de la violencia es transmitida de acuerdo al sistema de géneros, de
tal forma que el hombre asocia violencia y muerte con placer, a la vez que la
mujer asocia el placer con el dolor. La erotización de la dominación y de la
violencia de hombres sobre mujeres es uno de los grandes escollos en la lucha
actual para crear una sociedad basada en la aceptación de la diferencia y la
diversidad.
http://mujerdelmediterraneo.heroinas.net/2017/11/la-erotizacion-de-la-dominacion-1417.html
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