Nos llama la atención la violencia y las falsedades del comunicado de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR nacional) publicado en su Facebook, a raíz de la constitución del Frente Abolicionista Nacional, al que llaman frente anacrónico nacional.
Resulta notable que les parezca anacrón
ico
un tratado internacional de derechos humanos como la Convención para la
Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la
Prostitución Ajena (UN 1949), ratificado por nuestro país y actualmente
vigente. Con el mismo criterio, podría considerarse anacrónica la
Declaración Universal de Derechos Humanos, ya que fue adoptada y
proclamada por la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 1948, o
los ideales de igualdad y libertad, en atención a que datan de más de
dos siglos, o el mismo derecho laboral surgido en nuestro país en los
albores del siglo 20. ¿Acaso resulta anacrónica la necesidad de
perseguir a quienes explotan la prostitución ajena, a tratantes,
rufianes y proxenetas?.
El abolicionismo se opone al viejo reglamentarismo para el cual la prostitución es un “mal necesario” que es preciso regular para un mejor control, como así también a la postura actual que sostiene la regulación como “trabajo sexual”, es decir como si fuese un bien social. Estas posiciones naturalizan y confirman el lugar de las mujeres, niñas, niños, adolescentes, travestis, transexuales y transgéneros como medios para satisfacer el deseo masculino, como cuerpos al servicio del mismo. La desigualdad es un dato que no se cuestiona.
Repudiamos la presión ejercida sobre la Unión de Trabajadores de Prensa, usando argumentos falsos y antidemocráticos y la afirmación tácita de que nuestras voces no merecen ser escuchadas. Agradecemos el espacio brindado por UTPBA.
Resulta, por otra parte, contradictorio y absurdo que afirmen que deberíamos habernos reunido en Clarín, en atención al parentesco de este medio con las ideas de AMMAR Nacional, ya que ambos se oponen al decreto que prohibe los avisos de oferta sexual.
El Frente Abolicionista Nacional (FAN), del que formamos parte, está compuesto por un conjunto de personas y grupos de distinta procedencia, entre las que se encuentran tres organizaciones de personas que han estado o se encuentran aún en situación de prostitución: la Asociación Argentina de Mujeres por los Derechos Humanos-AMMAR Capital, ALI TT (Asociación por la Identidad Travesti y Transexual) y MAL (Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación), además de grupos feministas, de mujeres, mixtos, de varones antipatriarcales y personas abolicionistas. Consideramos que la prostitución no es un trabajo, sino una forma de violencia contra las mujeres y contra travestis, transexuales y transgéneros, que constituye una grave violación de sus derechos humanos. Ser abusados y usados como cosas para la satisfacción de una sexualidad ajena, no puede ser considerado un trabajo. Defendemos la restitución de los derechos sociales, económicos y culturales que les han sido vulnerados: al trabajo, a la educación, a la salud, a la vivienda, entre otros.
El abolicionismo se opone al viejo reglamentarismo para el cual la prostitución es un “mal necesario” que es preciso regular para un mejor control, como así también a la postura actual que sostiene la regulación como “trabajo sexual”, es decir como si fuese un bien social. Estas posiciones naturalizan y confirman el lugar de las mujeres, niñas, niños, adolescentes, travestis, transexuales y transgéneros como medios para satisfacer el deseo masculino, como cuerpos al servicio del mismo. La desigualdad es un dato que no se cuestiona.
Repudiamos la presión ejercida sobre la Unión de Trabajadores de Prensa, usando argumentos falsos y antidemocráticos y la afirmación tácita de que nuestras voces no merecen ser escuchadas. Agradecemos el espacio brindado por UTPBA.
Resulta, por otra parte, contradictorio y absurdo que afirmen que deberíamos habernos reunido en Clarín, en atención al parentesco de este medio con las ideas de AMMAR Nacional, ya que ambos se oponen al decreto que prohibe los avisos de oferta sexual.
El Frente Abolicionista Nacional (FAN), del que formamos parte, está compuesto por un conjunto de personas y grupos de distinta procedencia, entre las que se encuentran tres organizaciones de personas que han estado o se encuentran aún en situación de prostitución: la Asociación Argentina de Mujeres por los Derechos Humanos-AMMAR Capital, ALI TT (Asociación por la Identidad Travesti y Transexual) y MAL (Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación), además de grupos feministas, de mujeres, mixtos, de varones antipatriarcales y personas abolicionistas. Consideramos que la prostitución no es un trabajo, sino una forma de violencia contra las mujeres y contra travestis, transexuales y transgéneros, que constituye una grave violación de sus derechos humanos. Ser abusados y usados como cosas para la satisfacción de una sexualidad ajena, no puede ser considerado un trabajo. Defendemos la restitución de los derechos sociales, económicos y culturales que les han sido vulnerados: al trabajo, a la educación, a la salud, a la vivienda, entre otros.
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