El oscuro negocio de los "urisen", los 'chaperos'
que venden su cuerpo en Japón
Hombres que no pueden ser abiertamente homosexuales usan
estos servicios, en los que falta información de enfermedades de transmisión
sexual.
14 enero, 2018 01:53
E.E.
¿Cómo acaba un joven heterosexual teniendo sexo con hombres
de 70 años que le escupen, le mean y le cagan encima? La respuesta la da un
turbio negocio que se ha desarrollado en Shinjuku Ni-chōme, el barrio de Tokyo
con mayor cantidad de bares gay. Hombres homosexuales acuden aquí para
contratar a jóvenes que necesitan dinero y que son en su mayor parte
heterosexuales.
Esta realidad la refleja el documental 'Boys for Sale',
estrenado el pasado 26 de noviembre en Japón. 10 años de trabajo y cuatro de
producción han servido para contar la falta de protección y desinformación en
esta actividad dentro de una sociedad en la que el sexo entre hombres no está
bien visto.
Sexo entre hombres mal visto
"Si nunca lo has experimentado, es difícil de
comprender". Así empieza el documental que relata las experiencias de
estos hombres conocidos como "urisen". La frase viene de un
exprostituto que señala como la clave al dinero. Incluso, como él dice para que
estos trabajadores, que en su mayoría no son gays (e incluso tienen
consentimiento de sus novias), consigan una erección: "Ganar dinero te la
pondrá dura".
El mánager de uno de los bares urisen, Hayami, cuenta cómo
el negocio ayuda a resolver el tabú del sexo entre hombres en Japón y a
aquellos que no pueden vivir como hombres abiertamente homosexuales en el país,
avergonzados y con sentimientos negativos: "Nuestro trabajo es resolver
este problema y consolar las almas de nuestros clientes".
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Una actividad legal
Este distrito de Tokyo cuenta con 800 negocios para
satisfacer la demanda de los homosexuales, que incluyen bares, clubs de baile y
sex shops. A estos prostitutos, sin embargo, se accede sobre todo a través de
internet.
Se trata de una actividad legal, puesto que la normativa
japonesa prohíbe la prostitución como la actividad del sexo vaginal. Es por
ello que es difícil calcular la cantidad de hombres que se dedican a ello. El
productor del documental, Ian Thomas Ash, estima que serán alrededor de mil.
Ash señala los grandes problemas de estas transacciones:
"Tendemos a pensar en el trabajo sexual de una manera moderna, en la que
las personas entienden los riesgos que están asumiendo. Pero rápidamente quedó
muy claro que no era el caso con muchos de los jóvenes en Ni-chōme".
Estas relaciones que incluyen sadomasoquismo, algo que llamó
la atención a los propios trabajadores, que durante el documental cuentan como
no tienen información sobre las enfermedades de transmisión sexual y que
incluso no usaban preservativo. "Les falta entendimiento e incluso carecen
de vocabulario para hablar de ello", cuenta Ash. Por ello en estas
relaciones no siempre se usa preservativo.
50 euros por servicio
Mencionan además que entre los clientes se encuentran
políticos famosos y jefazos de la policía metropolitana. El servicio empieza
con el cliente conociendo copa en mano a uno de los urisen, que tienen entre 20
y 22 año generalmente. Esto dura media hora y cuesta el equivalente a cuatro
euros. A partir de ahí, si se quiere estar una hora con el trabajador, han de
abonarse otros 50 euros.
A Ash también les chocó cómo Fukushima había provocado que
muchos jóvenes se trasladasen a Tokyo. Parte de ellos, por las circunstancias,
han acabado dedicándose a la prostitución. Es el caso de los urisen, que
conviven aglutinados en pequeñas habitaciones. Algunos lo hacen para ayudar
económicamente en sus hogares, otros tras escapar de casa por las malas
relaciones con sus familias. También los hay como Kento, un joven que está
contento por dedicarse a ello: "Para mí este trabajo es un sueño hecho
realidad".
https://www.elespanol.com/mundo/asia/20180114/oscuro-negocio-urisen-chaperos-venden-cuerpo-japon/276472767_0.html
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