domingo, 14 de agosto de 2016

Los usuarios no se plantean que son ellos, con su demanda, los que generan la oferta de prostitución

“Los usuarios no se plantean que son ellos, con su demanda, los que generan la oferta de prostitución”
Laura Pedernera consiguió el último Premio de Investigación Concepción Gimeno de Flaquer de la Universidad de Zaragoza
"Algunos universitarios utilizan la prostitución como una opción más de ocio"
Ana Sánchez Borroy   - Zaragoza
  

Es pedagoga de formación y ni siquiera pensaba presentar la candidatura, pero su Análisis de la demanda de la prostitución por parte de estudiantes universitarios consiguió el último Premio de Investigación Concepción Gimeno de Flaquer de la Universidad de Zaragoza. Ahora, Laura Pedernera (Mar del Plata, Argentina, 1965) trabaja en estudiar los asesinatos de mujeres prostitutas que no aparecen en los listados de víctimas de violencia de género, por no considerarse a la fallecida pareja de su asesino. Pedernera tiene claro que “el lenguaje genera pensamiento”: no quiere saber nada de “trabajadoras sexuales” y no le gusta demasiado lo de “clientes”. Para ella, son “prostitutas” y “usuarios, demandantes” o, simplemente, “puteros”.

Laura Pedernera

¿Cómo hizo el estudio y cuáles fueron las principales conclusiones?

Las entrevistas se realizaron en una zona de la isla Tenerife que se llama “El Cuadrilátero”, en La Laguna, que es una ciudad universitaria. Es una zona con muchos pubs y discotecas y las entrevistas no se hicieron en puticlubs, sino en pisos ubicados en edificios en esa misma zona. Se hicieron 20 entrevistas a estudiantes universitarios que consumen prostitución; la mayoría de los cuestionarios los pasaron prostitutas con las que yo tenía contacto por mi trabajo anterior en un proyecto de Médicos del Mundo. La principal hipótesis confirmada es que estos jóvenes universitarios utilizan la prostitución como una opción más de ocio. De los 20 encuestados, 15 respondieron que recurrían al sexo de pago por diversión o entretenimiento, 11 apuntaron que porque las prostitutas son expertas en sexo y solamente dos hablaron de insatisfacciones en sus relaciones sexuales o afectivas. O sea, que no recurren a la prostitución porque no ligan. Es porque les gusta ir de putas.

¿Es una motivación diferente a la de otros usuarios de prostitución de mayor edad?

El único estudio que he hecho yo personalmente es el que estamos comentando sobre usuarios universitarios. Podemos comparar con las conclusiones de otros trabajos, sobre todo los de Águeda Gómez, que ha hecho muchos estudios sobre usuarios de prostitución, aunque no los clasifica por motivaciones, sino por discurso. El discurso que coincidiría con la opción de ocio y divertimento sería el mercantilista. Y sí, en los estudios de Águeda Gómez también concluye que muchos usuarios, sobre todo las personas más jóvenes, tienen este discurso mercantil. Consiste en expresar que la prostitución existe y ellos acceden a ella porque hay oferta, sin cuestionar lo que implica; es un punto de vista economicista, de libre mercado, de oferta y demanda. No se plantean en ningún momento que ellos son los que generan esa oferta con su demanda; no se paran a pensar que tan apenas hay oferta de hombres prostituidos para mujeres, simplemente, porque no hay demanda. Yo no soy objetiva: en materia de prostitución, defiendo el abolicionismo normativo porque creo que los proxenetas, los tratantes y practicantes no son los únicos culpables de que exista la prostitución, sino también los "clientes", que son los que, con su demanda, generan este negocio.

¿Cuál sería el perfil de consumidor universitario?

Yo destaco que prácticamente ninguno trabajaba, con lo que no sé de dónde sacaban el dinero para la prostitución, si de los padres o de la beca. En concreto, de los 20 entrevistados, solo trabajaban tres: uno, a tiempo parcial; otro, en una empresa familiar y el tercero, como becario. También me dolió bastante comprobar que bastantes de ellos, más de los que yo pensaba, se dedican a ciencias humanísticas: cinco estudiaban Económicas; cuatro, Psicología; cuatro, Derecho; uno, Biología; tres, Física; dos, Periodismo y uno, Pedagogía. La edad media era 24 años; 18 eran de nacionalidad española y dos eran comunitarios. Y, como media, no gastaban mucho dinero: entre 300 y 400 euros en seis meses; aproximadamente acudirían a las prostitutas dos veces al mes.

¿Mostraban alguna preferencia diferente al conjunto de los consumidores de prostitución?

No, son bastante tradicionales. El grueso de ellos buscaba mujeres; solo uno contestó que le daba lo mismo mujeres hetero o mujeres trans. No analicé de qué nacionalidad pedían que fueran las prostitutas. Y en cuanto a lo que pedían, también eran bastante clásicos: sexo vaginal, anal, grupal... El sexo grupal era con dos amigos y una muchacha, que es más económico que dos muchachas para un solo consumidor.

Sorrow-Vicent Van Gogh

¿Acudían solos o con amigos?

Esa es una buena pregunta, porque resulta que el 85 % de los encuestados respondieron que acudían en grupo y con amigos. Parece que están tomándose una copa y cuando se aburren, en lugar de irse a su casa, se van de putas.

¿Piensa que los universitarios usuarios de prostitución consideran a las prostitutas un objeto sexual?

La encuesta de este estudio era muy delicada porque yo sabía que la mayoría de las veces iban a tener que pasarla las propias mujeres prostitutas. Solo tres tipos accedieron a sentarse a hablar conmigo y perder unos minutos respondiendo. Entonces, había cosas que yo no podía preguntar para evitar ofenderles a ellas. Ahora, que estoy preparando mi tesis doctoral, voy a pasar una encuesta cuantitativa, no cualitativa, y preguntaré cosas que sí me interesa saber, como cuál es el imaginario de mujer y cuál es el imaginario de mujer prostituta que tienen estos hombres. Seguramente coincidirá el discurso mercantilista con la motivación de ocio y con un imaginario concreto de la prostituta como comerciante y de la mujer en general como objeto sexual. Por eso, esto, en ese momento, no lo pude corroborar; aunque, lógicamente, lo intuyo.

¿Qué impresión se lleva usted de la demanda de prostitución entre universitarios después de haber hecho este estudio?

Muy mala porque yo, que tengo 50 años, creía que con los avances en igualdad y con la liberación sexual que empezó en los años 60, en el año 2000 la prostitución ya no existiría o sería un fenómeno residual, marginal o propio de países donde hay más represión. Y, sin embargo, no solamente existe, sino que muchísimo más que antes y de una forma mucho más mercantilizada. Es decir, no es lo mismo un señor que iba a una prostituta en los años 30, que era casi una señora de la familia, que lo que ocurre actualmente, que es un mercadeo, sólo se mira qué porciones de carne hay disponibles. Pienso que es un fenómeno que tiene una relación directa con la globalización y con el capitalismo. Ahora, por ejemplo, según me dice algún asiduo a la prostitución, las prostitutas negras están muy denostadas y están cobrando sólo 5 ó 6 euros en la calle, en Madrid. Cuando yo trabajaba en Médicos del Mundo, hace unos 10 años, eran ellas las que estaban muy cotizadas. Los puteros no son conscientes de que son ellos los que están generando esto con su demanda. A la vez, aquí la trata juega un papel fundamental: es mucho más rentable para las personas que se dedican a ser intermediarios, traer mujeres de una zona de Europa que ni siquiera conlleva un delito de tráfico de personas. Por tanto, creo que la oferta influye en los gustos de los puteros, pero es una oferta regulada por las leyes del capitalismo, por lo que sale más rentable. En lo que no tengo duda es en que hay una relación estrecha entre el machismo, el patriarcado y el capitalismo. De todas formas, no quiero decir que donde no hay o no hubo capitalismo, no hubo prostitución; ni mucho menos. Lo que pasa es que ahora se ha convertido en el segundo negocio más lucrativo del mundo.

¿En qué consiste ese abolicionismo normativo que proponía antes?

Es el modelo de Suecia y de otros países como Francia, que se acaba de sumar. El abolicionismo normativo significa que la prostitución no se prohíbe, pero se fomenta que tienda a la desaparición, como ocurrió, por ejemplo, con el movimiento abolicionista de la esclavitud. Se trata de crear normas, leyes o reglamentos que penalicen todos los elementos que forman parte del fenómeno prostitucional, excepto la mujer prostituida: estaría penado el consumo, el tráfico y la trata, el proxenetismo en los locales, alquilar habitaciones... Frente a esto, con el modelo de prohibición de Estados Unidos, a las mujeres se las detiene y se las multa. El abolicionismo normativo, además, tiene que ir acompañado de medidas de índole social para favorecer que aquellas mujeres que quieran dejar la prostitución encuentren alguna medida de discriminación positiva, como se hizo en su momento con las víctimas de violencia machista, para poder insertarse laboralmente. También hace falta prevención y educación en la igualdad. En Suecia, este modelo empezó a funcionar bastante tarde, cuando la sociedad fue consciente de que la prostitución es una “escuela de desigualdad”, como dice la profesora Ana De Miguel, porque lanza un mensaje negativo no sólo para las mujeres en situación de prostitución, sino para todas las mujeres. Porque el mensaje que se envía a la mujer es que siempre te queda la opción de dedicarte a la prostitución, que es un trabajo igual que cualquier otro.

13/08/2016
Fuente

http://www.eldiario.es/aragon/sociedad/universitarios-utilizan-prostitucion-opcion-ocio_0_547345452.html




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